“Decidimos contactar a la Cata después de haber seguido su trabajo por un tiempo, mientras anhelábamos casarnos, pero aún no teníamos una fecha definida. Al momento de conocerla fue un sí claro, rotundo e inmediato. Tardamos un poco más de lo esperado en concretar el gran día, ya que debido a la pandemia tuvimos que modificar varias cosas, entre ellas la fecha, la cantidad de invitados, el lugar de la ceremonia, en fin, volver planificar el evento desde cero. Sin embargo, el resultado final fue una maravilla gracias a la esencia de la Cata y el cómo ésta se ve plasmada en su trabajo; es su sencillez, transparencia, naturalidad, flexibilidad, cercanía y esa capacidad increíble de fundirse con el ambiente, lo que posteriormente se ve reflejado en esas fotografías que no buscan ni apuntan a la perfección, sino que aprovechan, juegan y se conforman por los distintos elementos del ambiente, acto que finalmente nos invita a encontrar belleza incluso en aquellas imágenes con movimiento, ruido y sobreexposición. Son fotografías que reflejan maravillosamente personalidades, así como también aquellos momentos más íntimos y cotidianos, esos que probablemente otro fotógrafo no se molestaría en documentar. El estilo del Estudio y de sus proyectos es único, y su objetivo, el cual es contar una historia, se ve plasmado de principio a fin: desde que la Cata llega en el momento de la preparación -cuando habemos algunos más histéricos que otros-, hasta cuando se apagan las luces, y es hora de seguir construyendo y dando forma a la historia que se consolida aquel día.”